En medio de una de nuestras queridas “ciclogénesis”, permitidme citar a Lorca. Aunque esto es… ¡VIGOOOO! (O Marcosende).
“Llueve en Santiago,
mi dulce amor.
Camelia blanca del aire
brilla entenebrecida al sol.
Llueve en Santiago
en la noche oscura.
Hierbas de plata y de sueño
cubren la vacía luna.
Mira la lluvia por la calle,
lamento de piedra y cristal.
Mira el viento desvanecido,
sombra y ceniza de tu mar.
Sombra y ceniza de tu mar,
Santiago, lejos del sol:
agua de la mañana antigua
tiembla en mi corazón.”
Gracias a Javito por la fotografía robada…
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